La situación en Haití, asolada por bandas criminales, fue tratada en una reunión de crisis en Jamaica, después de la evacuación el fin de semana de diplomáticos europeos y estadounidenses de Puerto Príncipe, ante el aumento de la violencia pandillera.
El jefe de la diplomacia estadounidense, Antony Blinken, llegó a Kingston para participar en el encuentro convocado por la Comunidad del Caribe (Caricom), que invitó también a representantes de Francia, Canadá y la ONU. «Esperamos lograr avances», dijo Blinken al reunirse con el primer ministro jamaiquino, Andrew Holness. Este es un «momento crítico para Haití y también para todos nosotros», añadió. Según su portavoz, el secretario de Estado estudiará los esfuerzos para «acelerar una transición» con el «establecimiento de una presidencia colegiada» en Haití, y abordará el despliegue de una misión internacional de seguridad. El Consejo de Seguridad de la ONU pidió el lunes unas «negociaciones serias» a los actores políticos haitianos para «restablecer las instituciones democráticas».