Grillos para consumo humano y futuras investigaciones para que Argentina se aboque a la producción.
Alrededor del mundo existen más de 2.000 especies de insectos que son usados como fuentes de alimentos para las personas. Es sabido que muchos de ellos aportan vitaminas, minerales y ácidos grasos, siendo una buena fuente de nutrientes. Un claro ejemplo son los grillos.
En nuestro país, el INTA, el INTI y diferentes universidades están abocadas a la investigación acerca de la producción de grillos para consumo humano, siendo esto una oportunidad muy grande para la industria alimentaria.
Julieta Di Meglio, egresada del Máster Internacional en Tecnología de Alimentos —MITA, de la Facultad de Agronomía de la UBA (FAUBA) y de la Universidad de Parma, Italia—, al sitio de divulgación científica, Sobre La Tierra, destacó, “Tanto el consumo como la producción de grillo tienen características atractivas. Son muy versátiles. Se pueden procesar e incorporar como polvo en distintos productos como barras de cereal, panificados y fideos, para mejorar sus propiedades nutricionales”.
En cuanto la cría y reproducción de los insectos, estos se pueden alimentar con diversos sustratos y casi todo lo que consumen lo transforman en biomasa.
“Crecen muy rápido, ocupan poco espacio, consumen poca agua y alimento, y emiten muy escasos gases de efecto invernadero”, destacó Gabriela Gallardo, directora del trabajo de Di Meglio e investigadora en el Instituto de Tecnología de Alimentos del INTA.
Por el momento, ni el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (SENASA), i el Código Alimentario Argentino, contemplan la cría, faena, la comercialización o el consumo humano de insectos. Mientras, tanto el INTA como el INTI desarrollan de forma conjunta prototipos de alimentos con polvo de grillo, entre los que se destacan panificados, barras de cereales y pastas que cuentan con más de 20% de proteínas.