Cada 1 de noviembre, en varias partes del mundo, se celebra el Día de Todos los Santos, una fecha católica que busca rendir homenaje a todos los santos que existieron a lo largo de la historia e incluso a aquellas almas que pasaron el purgatorio y se encuentran en el reino de los cielos.
¿Por qué se celebra este día?
La iglesia primitiva solía celebrar el día de la muerte de un mártir que dio su vida por la obra de Dios. Pero con el paso del tiempo y sobre todo después de la Persecución de Diocleciano, conocida también como la Gran Persecución, donde un gran número de cristiano murieron a manos del ejército romano, la iglesia tuvo que agrupar a sus mártires en una sola festividad.
La primera celebración del Día de los Santos se remonta a Antioquía en el domingo antes de las fiestas de Pentecostés durante las pascuas. No sería hasta el año 731 que el Papa Gregorio III, consagraría la Basílica de San Pedro a todos los santos y establecería la festividad el 1 de noviembre.
¿Cómo se celebra el Día de los Santo en todo el mundo?
A pesar de que el Día de Todos los Santos es una fecha solemne, la tradición se fue desvirtuando un poco con el paso de los siglos y cada país o región del mundo lo celebra de forma diferente.
En Latinoamérica se acostumbra a ir a visitar las tumbas de los antepasados y en países como México no solo se visita, también se realiza un picnic alrededor de la tumba, se colocan máscaras, cintas de colores y hasta se cocinan platillos exclusivos para ese día.
En Estados Unidos y otros países esta fecha se fue uniendo con Halloween, que a su vez es la interpretación moderna de una festividad pagada conocida como Samhain. Es una festividad en honor a la recolección de la cosecha y también indica el final del año. En la antigüedad el invierno marcaba el final de todo. Pero como dato curioso, este final de año también representa el momento exacto en que las fronteras del mundo físico y el mundo espiritual se abren, permitiendo la comunicación entre vivos y muertos.
En otras regiones del mundo como Asia, se les rinde culto a los antepasados y en Filipinas también se realizan unos enormes banquetes en los cementerios en honor a los difuntos.
Mientras que en España, aunque se visita a los muertos, también se tiene como tradición presentar en los teatros la obra de José Zorrilla «Don Juan Tenorio».